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martes, 24 de abril de 2012

ROCKET JUICE & THE MOON - ROCKET JUICE & THE MOON

Damon Albarn no para un segundo, es una maquina de crear sin descanso, edita discos con Gorillaz, reunió a Blur para algunos shows, produce y colabora con todo tipo de artistas nuevos o consagrados al tipo le gusta moverse y no dormirse en los laureles y hace música con la misma facilidad con la que respira  para su nuevo proyecto recluto a dos verdaderos animales del ritmo el genio del afro beat el baterista nigeriano Tony Allen con quien ya participo en The Good, The Bad & The Queen y a Flea el bajista de los Red Hot Chilli Peppers. La incursión de Albarn en las raíces de la música africana ya lleva mas de diez años cuando participo como productor de Mali Music (2002) un disco en el que se unía a referentes de la música de dicho país para que interpretaran sus composiciones, también participó como productor del dúo Amadou & Mariam en el disco Welcome To Mali (2008).

La música de este nuevo proyecto es básicamente afro funk, con mucho de improvisación y experimentación, la contundente base que forman el bajo y la batería mas los sintetizadores y ruidos que aporta Albarn dan rienda suelta a la creatividad de los tres protagonistas, a medida que se va recorriendo el disco los colaboradores se suceden sin parar una Erykah Badu ultra funk aporta su voz en el primer single “Hey Shooter”, y a pesar de que la banda se formo allá por el 2008 y se presentó en vivo en muchos festivales, tuvimos que esperar hasta este 2012 para poder tener sus canciones plasmadas en un disco. La voz de Fatoumata Diawara le pone vida a “Lolo”, “Folloe-Fashion” y “Benko” y es de lo mejor para este disco debut que cuenta con dieciocho tracks y por mas que el promedio de las canciones apenas llega a los tres minutos cuesta encontrar un hilo conductor que balancee el álbum. Por momentos las improvisaciones divagan sin sentido alguno como en “Nigth Watch” o “Forward Sweep”, para destacar también el tema “Poison” con la voz de Albarn el cual tranquilamente podría ser un mega hit de Gorillaz, como así también los aportes del rapero M.anifest y los arreglos de vientos de la Hypnotic Brass Ensemble, no es un mal comienzo para este nuevo proyecto de tres talentos indiscutibles pero quizás se esperaba esa fuerza que caracteriza sus presentaciones en vivo y que no han logrado transmitir en el disco.
Rocket Juice & The Moon el afro beat de la era digital.
Lean Ruano.-

PAUL MCCARTNEY - KISSES ON THE BOTTOM (2012)

La semana pasada hablábamos del proyecto nostálgico de Ringo Starr. De su pasión irrenunciable por seguir revolviendo su pasado, como quien con la cuchara busca sacar el último resto de dulce de leche que queda en el tarro. Allá él. (Igual, lo perdonamos porque sus discos siempre son muy divertidos...) A la vez, dábamos cuenta de que el otro beatle vivo que nos queda, el irreverente Sir Paul, nos mostraba su gusto por los standards del cancionero americano. Ok, de esa producción hablaremos hoy. Muchos pensaran: “He aquí, el último capricho de Macca”, o mejor: “Pero, ¿qué onda? ¿Ahora se cree que es Tony Bennett, Bing Crosby o Frank Sinatra? ¿Paul se postula como nuevo lider del Rat Pack, o qué? No entiendo nada...” No, no. Pare. Es cierto, seguramente, este no es el disco que esperaría escuchar el típico fan de una bestia pop como McCartney, pero eso… ¿Qué importa? “Hacía cinco años que no editaba material nuevo, vuelve, y hace un álbum con versiones de temas de hace más de 60 años...” Otra vez, tal vez sea así; ahora bien, ¿qué podemos objetar a esta nueva producción si, la verdad, es un disco del carajo? Está grabado en forma irreprochable, con muy buenos músicos, las versiones son excelentes y no tiene nada que envidiarle a otros álbumes de este género.
Seguramente, después de los soberbios Chaos and Creation in the Backyard (2005) y Memory Almost Full (2007) –dos de las mejores producciones de toda su carrera solista-, uno hubiese esperado de este artista otro álbum de ese estilo, con nuevisimas composiciones propias. Pero no, porque Macca se encarga de volver a sorprender, desde otro ángulo, maravillando a muchos, desconcertando a varios, aburriendo a alguno que otro... Ok, sí sí; la posta, si me dan a elegir, prefiero mil veces verlo en vivo interpretando clásicos de toda su carrera –como tuvieron la suerte de hacerlo nuestros hermanos uruguayos la semana pasada- que escuchar este Kisses on the Bottom

Pero no porque este sea un mal disco, sino porque quizás contenga muchos más standards juntos de los que uno soportaría. Sin embargo, está más que claro que a sus jóvenes (casi) 70 años, el tipo no tiene porque dar explicaciones de nada. Quería grabar este repertorio y lo hizo. Punto. Se ve claramente porque su lema fue interpretar “las canciones que inspiraron las canciones (suyas)”, y ponerse el traje de crooner -por más que su voz no parezca la ideal en algunos de los temas incluidos- para editar un disco que repasa un conjunto de composiciones que escuchaba de pibe junto a su papá melómano. ¡¿Y quién se atrevería a cuestionarle ese gustito?! Otra vez, punto. Por otro lado, hay que destacar que, aunque este no es el primer disco de versiones que hace Paul -recordemos Run Devil Run (1999)-, sí es el primero que no tiene relación directa con el rock. Sin embargo, McCartney siempre gustó de este tipo de música -recuérdense sino sus clásicos beatles “Martha, My Dear”, “Honey Pie” o “When I´m 64”-, por eso ahora, pasada la fiebre desatada por la serie interminable de (¿el ladri?) Rod Stewart, enfocada en el cancionero popular americano, se anime a hacerlo él también.

El resultado es óptimo, aunque no será muy apreciado por oyentes no acostumbrados al easy listening, lo cool, lo jazzy, el swing… Por lo pronto, este es el álbum ideal para degustar con un buen aperitivo; está interpretado en forma admirable por Diana Krall y su banda –sin dudas, un acompañamiento musical de excepción-, y, por si esto fuera poco, también incluye dos nuevos temas propios: “My Valentine”, con la participación de (¡God!) Eric Clapton en la acústica; y “Only Our Hearts”, con el acompañamiento de la armónica del gran Stevie Wonder. Dos nuevas gemas, en sintonía con el tono del resto de las versiones, pero que, tranquilamente, podrían formar parte de cualquiera de los álbumes de la discografía de este influyente, fabuloso, e interminable músico inglés. ¡Te queremos Paul, te queremos!
Emiliano Acevedo.-

domingo, 15 de abril de 2012

VAN HALEN - A DIFFERENT KIND OF TRUTH (2012)


Durante más de una década y media Van Halen le quiso dar la espalda a una verdad incuestionable: nada era igual si no era David Lee Roth el frontman del grupo. Aunque haya tenido un exitoso reemplazante como Sammy Hagar o, más tarde, el inopinado paso del ex Extreme Gary Cherone; todos sabían que en algún momento Dave tenía que volver a casa. Eso casi ocurre en 1997 cuando grabó dos nuevos temas con sus ex compinches para el compilado Greatest Hits, Volume One. Pero la magia se esfumó rápidamente luego del papelón grupal de la entrega de los MTV Music Awards, en donde quedó en evidencia todo el resentimiento generado entre los dos hermanos Van Halen y el bajista Michael Anthony hacía Roth. Ese parecía ser el final definitivo, pero no... Porque, inesperadamente, a fines de 2006, se arregló la vuelta del blondo vocalista para salir nuevamente de gira, con gran suceso, un año más tarde. 

Ok, hasta acá todo bien; ahora –luego que pasaran más de 28 años del clásico 1984 (el último disco grabado junto Roth), y de estar más de trece sin grabar nuevo material en estudio-, lo que muchos se preguntaban era: ¿Editarían un álbum nuevo? Y de ser así, ¿estaría bueno? A Different Kind of Truth contesta a ambas cuestiones en forma afirmativa. Si bien es un disco que incluye un repertorio conformado por un gran numero de temas que fueron compuestos a partir de descartes y demos viejos (evidenciando “cero creatividad”, según Sammy Hagar), lo que queda claro es que Van Halen tiene aun bastante para dar. Definitivamente, este es un disco que hace honor a lo mejor de la historia del grupo y lo mantiene, a la vez, vigente. Como si fuera un dinosaurio con nuevas escamas, Van Halen suena igual que en los ´80, pero no anacrónico. Sin dudas, es muy difícil encontrar en la actualidad otro grupo que roquee así. Eddie la sigue rompiendo en la guitarra, Alex hace lo propio con su bata (¿cómo hace para así tocar tres bombos a la vez?); y, bueno, Roth sigue siendo just a gigolo... Un tigre que perdió el pelo pero no las mañas. Además, aunque ya no esté Anthony (despedido en 2005), su reemplazante Wolfgang Van Halen –hijo de Eddie y la actriz Valerie Bertinelli-, con tan sólo 20 años de edad la deja chiquita, tirando 200 mil notas por segundo, y dando muestra de su maestría en el bajo. Esto es Van Halen hoy. Un grupo que sigue roqueando en la cima con canciones tontas pero buenisimas como “Tattoo” (el primer single, compuesto a partir de “Down in Flames”, un viejo demo inédito grabado en 1977), o la soberbia “She´s the Woman” (otro demo, original del ´76). “As Is” es un espasmo borracho hecho boogie animal y en “The Trouble with Never” el ritmo se vuelve frenético de la mano del dúo formado por el nenito Wolfgang y su tío Alex.  Por su parte, con  “Beats Workin´” y “Bullethead” el grupo regresa al clima pecaminoso y soberbio imperante en su primer disco; y en “China Town” directamente desconan los parlantes con semejante potencia. Lo mismo ocurre en “Big River”, una fiesta sonora que conjuga sutileza y furia, en uno de los mejores momentos del disco; y “Blood in the River”, otro tema para cantar bajo la ducha. Quizás, las canciones más floja sean las reiterativas   “Outta Space”  –otro refrito, antes llamado “Let´s Get Rock”- y “Honeybabysweetiedoll”, pero se dejan escuchar (en especial por la brutal perfomance incendiaria de Eddie). “You and Your Blues” es una canción que pide a gritos ser pasada por la radio y “Stay Frosty” es una clase magistral de rock and roll clásico –un poco rural, un poco urbano- en donde el grupo experimenta con diferentes texturas sonoras, a la manera de Led Zeppelin

¿Qué más se podría agregar? Escuche Different Kind of Truth, que no lo va a defraudar. Hasta se le podría perdonar que la tapa sea un afano alevoso de una de Los Commodores, la vieja banda de Lionel Ritchie... En resumen, por si te quedó alguna duda, Van Halen sigue vivito y coleando, con su viejo y querido hard rock. Mientras tanto, en medio de varios rumores que parecen casi confirmarlo, seguimos esperando el regreso de estos monstruos a la Argentina, a 29 años de su única visita a nuestro país, en el mejor momento de su carrera -cuándo dieron un par de conciertos en Obras que le volaron la cabeza a más de uno (miren sino para comprobarlo los videos en youtube o lean la entrevista que le hicimos a Gady Pampillón el año pasado). Y porque “sigue siendo rock y nos gusta”. Como dijo Eddie Van Halen, alguna vez: “Nosotros no somos una banda heavy. Esas son etiquetas inventadas por el periodismo. Hacemos rock, como Los Stones, sólo eso. ..” Habrá que creerle, nomás...
Emiliano Acevedo    

RINGO STARR - RINGO 2012

Ringo y Macca: ellos son los administradores musicales de la herencia beatle. Pero mientras Paul decide revisitar los clásicos standards del easy listening americano (con su nuevo disco Kisses on the Bottom); Ringo sigue siendo Ringo. Así de simple. Porque siempre será ese entrañable bufón que nos hacía reír en las películas, entrevistas, conciertos; luego reconvertido en estrella del jet set, a veces actor –casi siempre de películas bizarras-; y, de vez en cuando, editando discos solistas. Divertido, payasesco, copado... Los mismos adjetivos que le podemos poner a Starr son aplicables a su discografía. Porque aunque ya tenga 16 álbumes editados desde 1970, los mejores siguen siendo, sin dudas, los que grabó a mediados de los ´70, además de Time Takes Time (1992), su triunfal regreso, producido por Jeff Lynne. Luego llegarían otros dos álbumes buenisimos: Vertical Man (1998) y Ringorama (2003); inaugurando una costumbre, que llega hasta hoy, en la que el exbeatle edita una nueva producción cada dos años. 

Justamente, Ringo 2012 es su decimosexto disco y decididamente apela a la nostalgia. Contiene canciones que Starr cantaba de chico, reversiones de temas viejos, y samplers de sus tambores beatlescos... Un corto camino nostálgico y sinuoso que, en menos de 30 minutos, atraviesa el imaginario sonoro de este artista. De movida nomás, el título del álbum hace referencia a Ringo (1973) su mayor suceso, y -para que no quede ninguna duda- su repertorio incluye nuevas versiones de temas de los ´70 (“Step Lightly” y “Wings”), un cover del legendario Buddy Holly (“Think it Over”) y otro de Donnie Donegan –ídolo juvenil de Ringo- (“Rock Island Line”); referencias a Los Beatles (“Anthem”), una inefable canción compuesta junto al inmenso Van Dyke Parks (“Samba”) y –cuando no- otra dedicada a su terruño natal (“In Liverpool”). Como antes, Starr cuenta con un colaborador creativo para dar vida a sus elucubraciones musicales. En algún momento fue el productor Richard Perry, luego el propio Lynne, Mark Hudson o Dave Stewart. En esta oportunidad, su socio artístico es su cuñado Joe Walsh, integrante de Los Eagles. Juntos, elaboraron un disco de pop sólido, moderno y de buena calidad. Esto se aprecia en canciones nuevas como “Slow Down” y “Wonderful”; aunque el mejor momento del álbum sea, por lejos, el refrito “Wings”. En resumen, con este Ringo 2012, estamos en presencia de una lección de historia camuflada que no aporta nada nuevo a la carrera de este legendario baterista pero que divertirá a varios fans de los fab four, y a cualquier otro oyente sin mayores pretensiones. Nunca hubiésemos esperado otra cosa de Ringo, y está bien...

Emiliano Acevedo.-

THE CRANBERRIES - ROSES (2012)

Once años han pasado desde su última producción en estudio, desde el lánguido y un tanto decepcionante Wake Up and Smell Coffee para que los irlandeses estén de vuelta con nuevas canciones. The Cranberries sorprendió a principio de los años noventa en el mundo del indie rock con sus dos primeros trabajos Everybody Else Is Doing It, So Why Can’t Whe? (1993) y por sobre todo el aclamado mundialmente No Need To Argue (1994); contenían hits que los llevaron a la masividad como “Zombie”, “Ode To My Family” y “Dreams”, melodías pop, guitarras distorsionadas y por sobre todo la particular voz de su cantante Dolores O’ Riordan, hacían de The Cranberries una de las bandas mas interesantes de la escena británica por esos años. Luego ese carisma se diluyó, editaron discos prácticamente intrascendentes, sin la fuerza y ni la potencia que los caracterizaba en sus comienzos, O’ Riordan probó suerte como solista y lanzó dos producciones Are You Listening (2007) y No Baggage (2009), que aunque no están nada mal tampoco aportaban algo nuevo.

Ahora es el momento de Roses su flamante producción, que contiene once nuevas canciones todas firmadas por la dupla Noel Hogan - Dolores O’ Riordan. El disco arranca con sus dos primeros cortes, la tranquila “Conduct” y la mid tempo “Tomorrow” mostrando el costado mas reposado y acústico de la banda, lo cual se transformará en el leit motiv del álbum, ya que, los arrebatos guitarreros de antaño brillan por su ausencia. Sin embargo, con “Fire & Soul” y “Raining in my Heart” tercer y cuarto tema del álbum - si no sos fanático de la banda- el aburrimiento ya es total, ambas baldas soporíferas coquetean con el pop celta de melodías amables para FM de rock adulto. “Losing My Mind” levanta un poco la puntería con un estribillo pegadizo y coreable, la voz de O’ Riordan vuelve a recordarnos sus días de gloria, aunque, en el resto del disco esta siempre contenida y casi susurrada. “Schizophrenic Playboy” una de las canciones con mas fuerzas del disco al igual que “Show Me”, son de lo mas up de este nuevo trabajo del cuarteto irlandés. El resto del álbum se construye alrededor de canciones que sirven de relleno sin aportar absolutamente nada.

The Cranberries volvieron después de once años de silencio con un trabajo casi calcado al de sus últimas producciones. El disco cierra con otra balada acústica que le da nombre al álbum y esta dedicada al padre de O’ Riordan fallecido hace algunos años. Efectivamente la madurez no es lo que mejor le cae al grupo irlandes.
Lean Ruano.-

viernes, 6 de abril de 2012

“CUANDO MURIÓ SANDRO, LO LLORÉ UNA SEMANA”, entrevista a Pablo Sbaraglia.

Cantante, tecladista, guitarrista, compositor y productor. Sin dudas, con Pablo Sbaraglia estamos en presencia de un artista multifacetico, un músico inquieto y con oficio que hace rato viene desarrollando una intesantisima carrera. Primero, formando parte de grupos legendarios de los ´80 y ´90 como Alphonso S´Entrega, Los Romeos o Man Ray, y luego como solista. Además, Sbaraglia conjuga la sensibilidad pop con una buena dosis de fuerza roquera en sus canciones, elaborando bellas melodías que se quedan instaladas en la mente, algo que pudimos apreciar en su exitoso disco de 2008 El Club de la Moneda de Plata. Justamente, ahora está grabando un nuevo álbum  –además, de estar a punto de editar un dvd-, y con esa excusa fuimos a buscarlo a su estudio para charlar sobre este inminente lanzamiento, y mucho más. Todo eso está en esta entrevista, en la que también dimos un vistazo por su carrera, historia profesional e influencias musicales. Un diálogo que empieza y termina –cual dialéctica circular- por su infancia y adolescencia, esos mágicos momentos en los que lo atraparon un sueño y un embrujo gitano...
Por Emiliano Acevedo.-

POR SIEMPRE, ANDAR

¿Cómo fueron tus inicios en la música? ¿Puede ser que se compraron una guitarra con tu hermano y te la terminaste quedando vos?
Sí, pero hay algo previo a eso y tiene que ver con un sueño. En él yo tocaba una guitarra eléctrica y fue tan real que, cuando me desperté, fui a buscarla; pero en realidad esa guitarra no existía. A partir de ahí, en no menos de 10 días, compramos una guitarra. Lo cierto es que yo no sabía ni tocar aún y cuando fuimos a Promúsica el vendedor nos ofreció varias para que las probáramos y yo decía: “No, no hace falta. Una Fender está bien” (risas) Todavía la tengo y la uso de vez en cuando.

Tu mamá tocaba el piano, ¿no?
Sí, estudió en el conservatorio, y siempre tocaba en casa. Mi padre escuchaba mucha música. En mi casa había un ambiente muy musical pero no mucho más que el de cualquier otra persona. No hubo una imposición. Mi afecto por la música, cuando era niño, estaba emparentado con la euforia o excitación que me podía generar escuchar ciertas cosas, principalmente Los Beatles. Y también con aquel sueño que recuerdo hasta el día de hoy. Y también marcado un poco por mi afinidad con las máquinas, las computadoras, la electrónica y los teclados.

¿Y cómo se da tu formación como músico?
Fui bastante autodidacta en algunas cuestiones pero con los instrumentos, no. Ahí recurrí a profesores. Hice piano clásico durante 5 años, y en paralelo estudié dirección orquestal. Lo que nunca estudié es guitarra.

¿Formaste bandas desde chico?
Sí, en el 2do año del secundario, con un gran amigo y socio que tuve empecé a componer canciones, y después se sumaron más chicos. Son cosas de las que no te das cuenta pero que empiezan a ocupar cada vez más espacio y tiempo de tu vida y tus días. Hasta que de repente se convierte en algo natural. Es lo que hacés. Era: dos veces por semana ir a piano, y otras dos veces por semana a ensayar. Entonces, muy pronto se convirtió en algo habitual. Después de los 16, 17 años empiezo a tocar con Alphonso S´ Entrega, y después con Man Ray. Es decir, en la edad en la que uno tiene que decidir una carrera yo ya tenía claro que quería hacer, y estaba bastante implementado.

Tus primeras cosas como musico también coincidieron con la vuelta de la Democracia, a mediados de los ´80, y con una multiplicación de bandas nacionales, el under...
Sí, desde el ´83´, ´84, y hasta el ´95, fue una época donde hubo mucha movida de rock. Había muchos espacios, ofertas de bandas y demanda del público.

¿Qué otros gustos musicales tenías además de Los Beatles?
Como público iba a ver a varios grupos. Recuerdo haber ido a ver a Soda Stereo, Charly García, Los Redondos y Fito Paez. Y dentro del panorama musical que podía escuchar en mi casa, nunca faltaron Queen, Led Zeppelín, Yes o Genesis.

¿Cuál es el nexo por el que llegás a Alphonso?
Para mí, esas son esas cosas que si tienen que pasar pasan y sino no. Llegué a esa banda por un amigo del colegio que conocía a Daniel Morano. Yo era chico en comparación con los otros integrantes de la banda. Y más allá que las cosas se tienen que dar también es importante no dejar pasar las oportunidades. Recuerdo que llamaba frecuentemente a Morano. Insistí mucho para estar ahí. Se podría decir que accioné para que se diera.    

Y tanto en Alphonso como luego en Los Romeos llegaste a ocupar un lugar importante como músico...
Sí, y tocando en Alphonso conocí a  Hilda (Lizarazu) y a Tito(Losavio) de Man Ray que estaban rearmando el grupo. 

¿Y por qué te vas de Los Romeos?
Me fui de todos los grupos a la vez. Visto a la distancia hasta parece ridículo. Pero yo tenía 23, 24 años y me había cansado de hacer ese estilo de música. Por eso decidí retirarme hasta encontrar de nuevo el tipo de música que quería hacer. Ahí me metí a dar clases de música, piano y computación en un colegio, durante un año y medio. Esta experiencia estuvo muy buena. Como venía sucediendo todo tan rápido, aquella etapa ame sirvió para pensar tranquilo de qué forma quería abordar la música. De ahí surgió el chiste que siempre decía que no volvería a participar en un grupo a menos que sean Los Redondos.

¿Y qué balance hacés de esos primeros grupos de tu carrera, después de tantos años?
Un balance super positivo porque además de haber sido la curva de aprendizaje más alta en aquel momento, me quedaron amigos para toda la vida.

ALL BY MYSELF

¿Por qué pensás que tardaste en desarrollarte como solista hasta encontrar esta  veta tan personal?
Eso fue así porque, después de dar clases, me empecé a enganchar con el trabajo de hacer cortinas para programas de television. Y casi sin darme cuenta llegué a trabajar sólo en eso. Lo cual terminaria siendo otro llamado de alerta. Estuve casi 5 años dedicándome a eso.

¿Qué hacías específicamente?
Cortinas de apertura y cierre de programas, musicas incidentales, sonidos. Una tarea que me dio una gran satisfacción económica, ya que me pude armar mi estudio, pero que tiene una alta exigencia porque hay que ponerse en la cabeza de un productor de televisión, que además no es músico, y que muchas veces te da una información contradictoria acerca de lo que quiere que suene.

Además, es un medio un tanto fagocitador del talento...
Sí, te puedo decir que es el único medio en el cual me he topado con gente que no me gustaría volver a ver nunca más. La cuestión jerárquica cuasi militar de Canal 13 o Telefe me desagradaba. No sé si sigue siendo así hoy por hoy pero en aquel momento sí. Igual, no todos eran así. Por ejemplo, de la gente de Promofilm, que era con los que más trabajaba, todavía sigo siendo amigo. Pero del resto me harté.

¿El viaje a España fue un antes y un después?
Así como me fui para el lado de la docencia para cortar un poco con el asunto de los grupos, la ida a España me sirvió para cortar con lo de la tele. Fui de visita y me tentó mucho ver la manera en la que algunos amigos, como (Fernando) Samalea o (Fernando) Lupano, vivían su día a día. Se pasaban el día tocando. Madrid es una ciudad chica, te conoces con todo el mundo. Y bueno, después de esa experiencia se me metió en la cabeza volver. Y así fue. Me sirvió como corte. Porque el hecho de moverse a un lugar nuevo, y ser una persona totalmente desconocida te da la chance de reinventarte. Y eso fue lo que intenté hacer. Y lo que terminé haciendo.

¿Y cómo es reinventarse como solista después de los 30 años? Porque pasa que tus canciones son muy autoreferenciales...
Sí, en general me sale escribir sobre las relaciones. Pero es algo que vengo haciendo desde siempre. Para mi solo hubo una diferencia de mote: primero, “en grupo”, y después “solista”. Porque en las bandas yo escribía canciones también.

HASTA VERTE BAILAR

¿Qué te inspira a la hora de componer o cómo lo organizas? 
En general, surge un embrión con una melodía y alguna palabra. Si no están las dos cosas, aunque sea en una expresión mínima, no arranco. Es como que necesito un primer chispazo que me motive a seguir. Es decir, me siento a laburar largamente sobre algo cuando tengo una melodía y una frase, verso, o palabra.

¿Esa palabra de dónde puede venir?
Me ha pasado terminar de entender letras varios meses después. Creo que allí trabajan el inconsciente, el subconsciente y el estado de ánimo juntos. Lo que nunca puede faltar es la emoción. Es decir, me tiene que generar algo el cantar esa canción. Hay muchas bandas buenísimas que me generan admiración y sorpresa desde lo intelectual pero no me despiertan ninguna emoción. Y eso es lo que trato de evitar en mis canciones porque, en definitiva, es lo que no me gusta oír.

También en muchas de tus canciones hay una especie de vestigio beatle que hace que, por ejemplo, una historia acerca de una ruptura amorosa sea cantada y dicha casi alegremente. Es decir, sin un hondo dramatismo...
Sí, puede ser. Me gustan los contrastes alguna que otra vez. Justamente, en el disco nuevo en el que estamos trabajando, hay una canción que se llama “Tango”, que habla, concretamente, de una ruptura y la canción no es triste para nada. 

¿Cómo pensás las canciones que van a estar incluidas en un disco? ¿Componés varias y después seleccionás las que vas a grabar, o te planteás un concepto que va abarcando todo?
Es un proceso cuasi biológico. Después de haber hecho un disco pasa un tiempo, uno lo presenta, lo toca y en algún momento empieza a surgir la necesidad de hacer otro. Y eso, en mí, se manifiesta planteándome que tipo de disco quiero hacer, dónde voy a ir conceptualmente, qué tipo de sonoridad debería tener. Y a partir de ahí empiezo a delinear las canciones, a agarrar esas “ideitas” sueltas y componer para ese nuevo disco. Así, durante dos o tres meses, me siento a hacer eso, sin distracciones. Y lo que siempre termina pasando es que antes de ponerme a grabar aparecen las últimas dos canciones que completan la unidad. Así me pasó con la canción “El Club de la Moneda de Plata”, que fue una de las últimas que compuse y le terminó dando el nombre al disco; y también con este que estamos grabando. La última canción que compuse para este nuevo disco es la que cerró el concepto y también es la que le va a dar el título.

¿Y también tenés pensado sacar un dvd?
Sí, ya está grabado y va a salir junto con este disco que empezamos a grabar a principios de marzo. La idea es que para mediados de mayo ya esté en la calle.

¿Qué opinás de lo acotado que está el mercado discográfico?
Eso es algo con lo que no puedo lidiar y, la verdad, no me importa. Yo necesito hacer canciones, discos y los hago e intento, naturalmente, que eso llegue cada vez a más gente. Porque una de las satisfacciones más lindas que uno tiene es cuando alguien que no conocés te dice: “Tu disco suena en mi casa”. Si se lo bajan de Internet gratis, o se lo compran en una disquería, la verdad, no es lo mi tema.  

¿Tu producción va a ser independiente o tenés contrato con una compañía?
Es independiente pero a través de DBN discos, y trabajo con ellos porque uno de sus socios-dueño es mi amigo Ramiro con quien me llevo muy bien. El me aporta un montón a mi trabajo, me divierte, es muy directo. Por eso me gusta estar haciendo equipo con él y no estar haciéndolo con ninguno de los otros, que también conozco, y con los que no quisiera cruzarme.

Hablando con otros músicos siempre surge esta cuestión de ciertos manejos extraños en cuestiones discograficas...
Son todos corruptos. Las cosas como son. Lo único que quieren es mayor cantidad de dinero. Es una cuestión de simple codicia porque ya tienen suficiente plata como para vivir hasta el día que se mueran. Entre ellos y los funcionarios de Carlos Saúl no hay diferencia.

Igual, creo que lo tuyo va más allá de la manija o promoción que te pudiera dar una compañía , porque la repercusión de tus discos, podría decirse, se da debido al boca a boca...
Sí, y lo noto mucho sobre todo en el último par de años. La movida se da por curiosidad. Tal vez, a través del público del Indio que me viene a ver, le gusta y trae a otros. Sería fenomenal tener temas sonando en las radios pero bueno, si eso no se da yo sigo mi camino.

DE MITOS Y LEYENDAS

¿Cómo es tocar junto al Indio Solari, más allá del mito que rodea a su figura?
Es un trabajo que disfruto mucho. Bueno, es una manera de decir, “trabajo”. Trabajar es hombrear bolsas en el puerto. El Indio es una persona muy atractiva e inteligente, y que tiene observaciones agudas. A su vez, es muy gracioso. Es una persona con la que podrías estar horas charlando fluidamente.

¿Te hace comentarios de tus trabajos?   
Sí, y, en general, siempre han sido elogiosos. Lo que más le gusta a él es que yo no voy por el carril de lo que se puede escuchar habitualmente, que en mis discos hay cuerdas, que hay otros instrumentos; como el bandoneón, por ejemplo.

¿Hay alguna canción que te hubiese gustado escribir?
Miles. Odio a mucha gente por ser más talentosa que yo (risas). Es difícil elegir una. No sé si es una canción que me hubiese gustado escribir a mí, pero siempre recuerdo una anécdota que me llamó la atención: Cuando Lennon cuenta, un poco, como era su relación de amistad y conflictos con McCartney. Porque si tu socio viene y trae una canción como “Helter Skelter” le perdonás todo. Me acuerdo de esta canción por lo que significa como ruptura. Es prácticamente la primer canción heavy metal, o punk, que existió. Esto tiene relación con lo que dijo Charly en una entrevista que le hizo Felipe Pigna hace poco. El vanguardista siempre está solo. O hacés música para conformar o, según Charly, estás en una búsqueda más interesante pero que quizá te conmine a la incomprensión. Me identifico mucho con eso. Pienso en Helter Skelter pero más por el simbolismo de romper las reglas que conlleva que por la canción en sí misma.

Y tu canción “A PropósitoDe Schmidt”, incluida en El Club,  es por el personaje de Jack Nicholson de la película Las confesiones del Sr. Schmidt? 
Sí, es por esa película. Estaba en Madrid y fuimos a ver esa película con unos amigos, en una noche muy fría. Yo no estaba muy bien y esa película terminó de tirarme por el barranco. La canción no habla de la película sino del estado de apatía en el que ella me dejó. Por dos o tres días no me importó nada. No es bueno ese estado pero me sirvió para escribir esa canción.

¿Cómo fue grabar ese disco casi solo?
Fue un poco estresante porque no tenés otro punto de vista, no hay devolución. Entonces todo es posible. Y no puede ser que cualquier posibilidad sea válida porque sino no terminas nada. Es una manera a la que estoy muy acostumbrado y por más que sea ardua soy capaz de llevarla adelante. Igual, ahora no lo estoy haciendo así. En este nuevo disco incluí otras miradas para enriquecerlo. Porque mezclar otros ingredientes hará que lo que se termine cocinando tenga otro sabor.

El tema que hiciste con el Indio (“Nada! (Zipo Rock)”), lo hicieron juntos o le mandaste al música y él puso la voz?
No, ese tema lo compuse un poco antes de conocerlo y ya me imaginaba una parte cantada por él. Pero quedó ahí. Vuelvo a Argentina, lo conozco y cuando empiezo a grabar El Club (de la Moneda de Plata) le muestro el boceto del disco y me hace una devolución bastante favorable. Ahí le cuento lo que había imaginado y le pregunto si se copaba y me dijo que sí. Grabamos durante toda una tarde en su estudio. El crudo de esas tomas está lleno de risas. Fue una tarde muy linda.

El título El Club de la Moneda de Plata ¿a qué se refiería?
El club es un elemento aglutinante, un ámbito propicio para que determinado tipo de gente se junte, y esa gente que se junta es la que en algún momento tomó lo más valioso que tenía, simbolizado en la moneda de plata, y lo puso en riesgo para jugarse por algo mejor o conseguir algo, independientemente del resultado. Son los que se jugaron.  Está también vinculado con mi partida de España, con haber dejado grandes amigos. En este club los vínculos se mantienen más allá del contacto físico.

NO DETENER MAS LA MARCHA

¿Cómo va a ser tu nuevo disco?
Compongo todo yo, salvo una canción que hizo Lorena Mayol, alguien a quien yo produzco habitualmente, y que cuando me mostró su cd se la robé (risas). Conceptualmente, quizá es un disco más directo y roquero. Musicalmente, tiene más unidad que nunca y es bastante eléctrico. Quiero usar pocos elementos pero que cada uno tenga mucha razón de ser y no poner nada que haya que percibir con mucho detalle. El título será “El Increíble Magnetismo del Gran Hotel Glamour Shuffle”  y habla un poco de lo tentador que resulta para nosotros, los perejiles, pertenecer al mainstream. No termino de entender ese  concepto de “los mediáticos”, ni en qué veta resuena eso para que haya tenido tanta cabida entre la gente. Este, el del disco, es un hotel medio misterioso al que uno se siente atraído pero del que no sale indemne. Entrar ahí tiene consecuencias. 

¿Qué te gusta escuchar ahora?
Los White Rabbit, Spoon, grupos nuevos que están metidos en una nueva búsqueda musical, y cosas que siguen estando vigentes como Elvis Costello

¿Y de rock nacional?
La verdad que escucho poco y nada. No estoy muy al tanto. Salvo lo que hacen mis amigos. Por otro lado, en lo poco que “picoteé” no veo una propuesta distinta.

¿Cómo es tu labor como productor?
Por lo general, los artistas me contactan y a partir de ahí, los escucho e intento ir a verlos en vivo. Y lo primero que tiene que suceder son dos cosas: que la música me guste y que yo me sienta capaz de poder reinterpretarla y aportarle algo. He recibido material con el que ni siquiera empecé a trabajar. Porque se tiene que dar esta condición musical pero también otra a nivel humano porque vas a convivir por dos o tres meses con gente con la que si no te llevás medianamente bien tampoco vas a llegar a buen puerto. Es imposible dividir la personalidad de lo que uno hace, ya sea cómo uno toca, o juega al fútbol.

RESCATE EMOTIVO

¿Cómo te afectó la muerte de Spinetta? ¿Lo escuchabas habitualmente?
En realidad, no escuchaba tanto su música, pero me encantaba escucharlo en reportajes por su manera de expresarse. Casualmente, hace poco, hablando sobre el tema, le decía a un amigo mío que cuando murieron Lennon, Freddie Mercury, o mismo Sandro, a mí me afectaron un montón sus muertes, pero con Spinetta es como que todavía no caigo. Tengo la sensación de que fue una pesadilla. Es una gran pérdida. Sobre todo por que fue una persona que se reinventó todo el tiempo y estaba a la búsqueda de unos niveles de sofisticacion impresionantes en sus liricas. No le daba lo mismo una palabra que la otra.

¿Por qué te afectó tanto la muerte de Sandro?
Porque era un ídolo. Lo empecé a escuchar en casa, de adolescente. Dentro de otro estilo, otro género y desde otra vertiente, Sandro me parece también un gran creador, y un gran artista. Fue un tipo que supo vibrar en sintonía con masas. Cosa que no es fácil. Además, sus espectáculos eran buenísimos. Lo fui a ver miles de veces. No solo era un gran interprete sino que era co-autor de muchisimos temas que se volvieron clasicos de nuestra musica popular. Ese era el elemento que lo distinguía. Aunque para un rockero el género que hacía queda lejos, yo considero que también tenía unas letras maravillosas. Lo que pasa con Sandro es que transmitía emoción y por eso me gusta. El tipo me emocionaba y sí, lo lloré una semana.
Secuencia Inicial.-    

BARRY ADAMSON - I WILL SET YOU FREE (2012)

El ex bajista de Nick Cave and the Bad Seeds y miembro fundador de los post punk Magazine nos trae su nuevo trabajo en estudio. Ya han pasado cuatro años de la edición del magnífico Back To The Cat, la música del mancuniano siempre se caracterizó por tener influencias soul, r&b y aromas jazzy pero, nunca puede evitar sonar oscuro y enigmático.
“Get Your Mind Right” es el primer tema del álbum y arranca con un poderoso sonido de bajo bien machacante que se va transformando en una excelente canción de soul rock con solo de órgano Hammond incluido,  “Black Holes in My Brain” ligero r&b moderno guiado por un piano juguetón y un sensual sonido de saxo, pero Adamson también muestra sus credenciales de compositor pop y nos deslumbra con “Turnaround” un verdadero temazo, es un claro ejemplo de la habilidad que posee este músico para sumergirse en diferentes géneros y quedar bien parado. “The Power of Suggestion” retoma la senda soul  pero en este caso con una melodía mas soleada y relajada a la cual se le pega “Destination” que sería como la otra cara de la moneda guitarras distorsionadas, poderosa base de bajo y batería nos muestra su costado mas punk rock.

Este nuevo trabajo de Barry Adamson tiene ingredientes de todas sus influencias y es de sus obras mas eclécticas  la segunda parte del disco arranca con “The Tigger City Blues” con misteriosos sonidos de teclados, guitarras filosas, disparos y teléfonos  que se escuchan a mitad del tema transforman a esta canción en la mas cinematográfica del disco. No olvidemos que el bueno de Barry ha sabido colaborar en diferentes bandas de sonido a lo largo de toda su carrera como en los films Beach (2000) y Acid House (1999). Para el final se suceden el cool jazz de “Looking to Love Somebody”, la balada “If You Love Her”, la intrascendente “The Sun and the Sea” y el final al mejor estilo Bowie T Rex  con la glam “Stand In”.
I Will Set You Free es un disco que se disfruta sin demasiadas pretensiones y de fácil escucha. Diríamos que es un álbum de soul / pop con buenos arreglos y lindas canciones.
Lean Ruano.-