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martes, 25 de diciembre de 2012

ATARDECER DE UN DÍA MOVIDO, entrevista a Fernando Blanco

Tardecita de miércoles con sol en donde ya se adivina un verano caluroso. En un café de Corrientes y Rodríguez Peña me espera Fernando Blanco para hablarme de su nuevo disco, Días Movidos. Sí, es el mismo que, alguna vez, abandonó a Los Super Ratones para emprender una carrera solista que ya cosecha tres discos. El mismo que hoy genera conciertos de culto cuando interpreta, junto a su renombrado grupo Nube 9, todo el repertorio beatle -incluyendo el material solista- y varios éxitos de los principales grupos de los ´60. Ese mismo bajista del Hofner, un cultor de la canción. De esta charla salió esta entrevista que hoy les presentamos. 

Emiliano Acevedo.-


NO ES LA MISMA CANCIÓN
¿Cuál fue el punto de partida de la grabación de este nuevo disco? 

En el verano de 2010-2011 empecé a componer de nuevo. Me acuerdo de que habíamos ido a tocar con Nube 9 a Pinamar, y como ya tenía unas ideas, les pedía a los chicos de la banda que me ayudaran, y así fui armando los demos de los temas. Este fue un proceso que continuó durante todo el 2011, armando los demos en mi computadora, y con la ayuda de Juan Pablo (Ezquerra), el tecladista del grupo. Así que, una vez que tuve una cantidad de temas determinada, fui eligiendo los mejores, hasta que quedaron 15, más o menos. El primer tema que se grabó fue “Si supieras”, uno de los bonus tracks del álbum. Ese lo grabamos a fines de agosto de 2011 en The Cavern, en Liverpool, cuando fuimos a tocar en la Semana Beatle. Después, grabé el otro bonus, una canción de Paul no muy conocida a la (“Loveliest Thing”, transformado aquí en “La cosa más maravillosa”) que yo hacía tiempo le había hecho una letra en castellano. El resto de los temas del disco pasó directamente del demo al estudio de grabación. 


¿Te parece que las canciones del álbum tienen algún concepto que las une? 
A mí me cuesta ver eso. Creo que este tercer disco quizás sea un tanto más homogéneo que el anterior, pero, en sí, me parece que viene a completar una trilogía de discos de canciones. Canciones que tienen un estado de ánimo que va y viene, pero que, en general, mantien en un mensaje bastante positivo. Es un disco luminoso. 

En tus temas, ¿qué compones primero, letra o música? 
En general, primero me sale la música. De repente, a veces, me pasa que encuentro alguna letra a la que le puedo poner música. Por ejemplo, me pasó eso en este disco con un tema que se llama “Nunca”, en donde las palabras están encadenadas. Me pareció divertido hacer ese juego, en donde una palabra, que al final de una oración tenga un sentido, y otro diferente al repetirse al principio de la siguiente oración. También está “Como Elvis”, un tema que tiene un trabajo casi “de laboratorio” en donde la letra está hecha a partir de títulos de canciones de Elvis, porque el chiste es que “me hace sentir como Elvis Presley”. 

¿El sentido de la letra de “Romance a la antigua” tiene que ver con el hecho de pensar que cada vez hay menos de eso en las relaciones amorosas? 
Sí, es un poco un chiste, ¿no? En realidad, al principio yo le compuse la música y todo el mundo me decía, con respecto a los arreglos y los coros, que tenía una onda muy Queen. Entonces me puse a pensar cuáles eran los temas recurrentes en las letras de Freddie Mercury, y me acordé de algunas canciones como “Seaside Rendezvous”, “Lazing on a Sunday Afternoon” o “Old Fashioned Lover Boy”, en donde el tipo mostraba toda la locura que tenía con figuras como (Rodolfo) Valentino, y todos esos galanes románticos de antaño. Yo pensaba en cómo le hubiese gustado tener un romance a la antigua, y, de ahí en más, empezó a surgir la letra de la canción. También es como mi pequeño tributo a Queen, que fue la primera banda que me partió la cabeza de pibe, y a la que tuve la suerte de poder verlos tocando en vivo en Mar del Plata, mi pueblo, cuando vinieron en el ´81. Ese acontecimiento marcó mi vida. 

En ese caso quizás sea mostrar también otras de tus influencias musicales, más allá del universo de Los Beatles; que es el grupo al que más fácil te podría asociar una parte del público. 
Lo que pasa es que, en realidad, yo me muevo en mi propio universo. Llegó un momento en el cual no necesito embanderarme en la onda de ningún otro grupo. Por ejemplo, cuando recién empezaba a ser conocido con mi primera banda, nuestra onda estaba relacionada con toda esa cosa tipo Beach Boys, y ahora mismo acá hay grupos que son como el clon de un grupo extranjero. Por eso, en el disco anterior puse el tema “Yo quiero ser Bob Dylan”, en donde el chiste venía por ese lado: todo el mundo quiere ser alguien… Ok, todo bien, pero está claro que a esta altura de mi vida me conformo con ser quien soy yo: Fernando Blanco, con mi propio universo y mis cosas. Me gusta tomar influencias de otros lados, nutrir mi música de distintas cosas, pero ya me siento seguro que ese componente que pongo yo es valioso. Y Días Movidos es eso: un reflejo de lo que yo soy, lo que veo, y de lo que me gusta decir. 

¿Y cómo se te ocurrió ese título para el álbum? 
Será porque también es un reflejo de lo que estamos viviendo, ¿no? Se me ocurrió durante una charla con un amigo, cuando le dije que entraba a grabar y sentía que se me venían “días movidos”, por todo el trabajo y cosas que tenía que hacer. Pensá que yo también soy el productor de mis discos, y tengo que estarle muy encima porque me gusta que todo salga bien, y el proceso de grabación es agotador. Por otro lado, siento que el país también está viviendo días movidos, así que por todo eso pareció un título interesante para el disco. 

La tapa tiene una onda bien retro, como las de antes… 
Eso se debe a la mano de Horacio Sabalza, un amigo mío con el que compartimos varios gustos musicales. Él ya había hecho la tapa de Mares Lejanos, y es un tipo que realmente logra captar de qué va la cosa, apenas yo le tiro que tipo de material va a estar incluido en el álbum. Por suerte, si algo he aprendido en todo este tiempo es a buscar gente con la que me gusta trabajar. Tengo una banda que me acompaña, Nube 9, que me parece un lujo, un grupo de músicos de primer nivel que me dan una mano grande a la hora de pulir y grabar mis propios temas. Ellos dan lo mejor de sí, y ese sentimiento también lo tengo con el diseñador, con la gente de la compañía discográfica, con muchos amigos que me ayudan. Aprendí a trabajar junto a gente con la que me siento bien. 

Ya que me contás esto de trabajar junto a Nube 9, ¿alguna vez te pasó que, a partir de estar sacando algún tema del repertorio beatle, eso te sirviera como disparador para componer una canción propia? 
No sé. Bueno, en realidad, no lo pienso con tal exactitud. Sin embargo, se me viene a la memoria “Parque de diversiones, un experimento divertido que hice en este disco, que quizás se relacione con eso, porque esa canción salió a partir de una grabación de batería hecha por Paul en uno de los temas instrumentales de su primer álbum solista (McCartney, 1970). A mí me encanta como toca Paul la batería, y por eso tomé un par de compases de esa grabación, la sampleé, y construí un tema arriba de eso. 

ESPEJISMO
¿Cómo surgió la posibilidad de tocar con Ringo, cuando él vino al Luna Park? 
Eso pasó a partir de una gestión que hicimos con el Vasco, un amigo mío, fanático de Los Beatles, también; y que a veces toca la batería con nosotros. Juntos, presentamos el proyecto para tocar ese día, antes de Ringo. Obviamente, también habían otras bandas que querían hacerlo pero parece que escucharon nuestro material y lo eligieron. Al principio, todo eso me pareció medio sanata, pero luego, la última noche, me encontré con los propios músicos que acompañaban a Ringo, con los que estuve en el hotel tomando algo, y me tiraron buena onda, nombrándome temas que les habían gustado de mi material. Entonces me dije: “Puta madre, ¡los escucharon en serio!” Obviamente, fue una experiencia maravillosa tocar ahí, abriendo para Ringo, sobre todo porque lo sentí como si fuera un premio a toda mi trayectoria. Pensaba en todo lo que me había pasado en mi carrera en la música, reflexionando acerca de las cosas buenas y malas que viví, y sentía que todo se justificaba por haber llegado a tocar ahí. Estaba contento con eso, y también me encantó el encuentro que tuve con el público, con el calor maravilloso que me brindaron esa noche. Viste que ser el soporte de otro artista es un tema, porque a veces no tenés mucho que ver con el número principal y te pueden tratar mal o tirarte algo por la cabeza; pero, de repente, puede ocurrir que la gente siente una empatía con tu música, y te brinda su cariño. Bueno, yo sentí eso esa noche. 

¿Y cómo es Ringo? 
Mirá, no pudimos ni siquiera saludarlo porque hace tiempo que él declaró que no iba a volver a saludar, ni firmar autógrafos o sacarse fotos con nadie. Así que estaba estrictamente custodiado y era imposible acercársele. Como te decía, me encontré con sus músicos, todos tipos re capos y amenos, y ellos mismos bromeaban con esta situación, diciendo “qué amargo Ringo, que no aparece”; pero es entendible. Pensá que es un señor de 72 años, que fue acosado toda su vida. Obvio, hubiera sido maravilloso saludarlo, pero está todo bien… Bueno, nosotros también somos muy amigos de Brian Ray, uno de los guitarristas de Paul, y mucha gente nos pregunta acerca de si conocimos a McCartney, ya que nosotros hicimos muchas giras tocando con Brian, e incluso él nos invitó a verlo en el show de McCartney, este año en Montevideo, en donde hasta estuvimos en camarines charlando con Brian y Rusty (Anderson), el otro guitarrista de Paul. Por eso, de repente la gente te pregunta: “¿Cómo fue verlo a Paul?”, porque, claro, McCartney estaba a diez metros de donde nosotros estuvimos charlando con sus músicos. Pero no, no pasó, y vos no podés meterte para forzar la situación. ¿Qué se le va a hacer? Son gente grande y están cansados de que les estén encima. 

¿De dónde surge este vínculo con el guitarrista de Paul? 
Cuando vino a tocar acá, en 2010, Brian hizo un par de notas, y nos encontramos en unos reportajes. Dany Giménez, el periodista que ahora está en la radio Vorterix, lo iba a entrevistar y me pidió ayuda para hacer la nota. Así que, cuando terminó la entrevista, nos quedamos hablando de música, y Brian se re copó. También dio la casualidad de que él ya había conocido a Lucrecia (López Sanz) en otro lado, y cuando ella apareció ahí, se sorprendió al enterarse de ambos tocábamos en la misma banda. Más tarde, fuimos a tomar algo, y él nos dijo que iba a mirar videos nuestros en YouTube. Bueno, lo hizo y le encantó. Por eso después nos preguntó si nos animábamos a sacar algún tema suyo, para acompañarlo en vivo. Y así fue, cuando Brian volvió a Argentina, hicimos un par de shows con él, y pegamos muy buena onda. De ahí en más, salió la oportunidad de ir a tocar a Brasil, Panamá, y hacer otro par de shows acá. Brian es un excelente músico, durante 20 años acompañó a Etta James, luego estuvo con Johnny Halliday en Francia, y ahí conoció al batero de Paul, quién lo metió en la banda, en donde está tocando desde hace más de 10 años… 

CÓDIGO SECRETO
Nube 9
¿Cómo surge la idea de tu dúo con Lucrecia y en que se diferencia ese repertorio del proyecto de Nube 9?
No recuerdo como surgió, pero en algunos lugares chicos donde es imposible meter a toda la banda, el dúo constituye una opción muy buena. Entre los dos armamos los temas y el repertorio se enfoca más en los temas de primera época beatle. 

¿Hay alguna canción de otro que te hubiese encantado haberla compuesto vos? 
“Help”, un tema que me pegó un martillazo en la cabeza cuando lo escuché por primera vez, porque tenía una melodía, letra e interpretación perfecta. Todo en esa canción es ideal, los arreglos, los coros, el ritmo… Todo en “Help” tiene gracia y está bien. Es una genialidad. Sin dudas, me hubiera gustado hacerla, creo que es la canción más perfectita que conozco… 

¿Y de las tuyas, cuál es tu preferida? 
Ayyy… (piensa) Mirá, “Mares Lejanos”, una del disco anterior, me parece un tema muy redondito, muy bien compuesto. También, la letra de “Yo quiero ser Bob Dylan” me pareció muy divertida; y en este último disco me parece que hay muchos temas buenos. Está “Hey”, el primer corte de difusión, una canción muy pulenta, muy para adelante. Bueno, también volví a componer un par de temas con mi amigo Balde (Marcelo Sposito) –el ex integrante de Kapanga-, y eso fue importante porque me llevó por otros caminos compositivos a los que no estaba acostumbrado. Justo me estaba acordando de “Tirando abajo las puertas”, uno de los tres temas que hicimos juntos, que es muy raro, dentro de lo que es mi estilo, pero que creo que tiene una muy buena composición… 

¿Cuándo elegiste el bajo como tu instrumento? 
Casi de casualidad. Cuando recién empecé a tocar, en mi primera banda, yo tocaba guitarra, pero después hubo un cambio de músicos, y entonces había un guitarrista que tocaba mucho mejor que yo y otro que tocaba mucho peor. Y como yo tenía la falsa creencia de que el bajista “era mejor que el segundo violero, pero no tan bueno como el primero”; me dije: “Ok, estoy en el medio, me toca el bajo…” Justo, yo había visto en un sucucho de Mar del Plata en donde vendían casetes, en la esquina de Independencia y Luro, un bajo Hofner tirado en una vidriera, todo sucio, y con una fotito al lado que decía “el bajo de Paul McCartney”. Hoy parece difícil de creer, pero en los ´80 Los Beatles no eran tan reconocidos como en la actualidad. Acá se los menospreciaba… 

¿Y eso, por qué? 
Porque en los ´80 la gente estaba en cualquiera. Mucha cocaína, supongo; no sé… (risas) 

Pero estaba Badía que los pasaba muy seguido en sus programas… 
Sí, Badía les daba bola, y algún que otro tipo también, pero Los Beatles todavía eran muy nuevos para ser clásicos y eran muy viejos para ser modernos. Entonces no cuajaban con la época. De hecho, a mí me verdugueaban en el colegio, cargándome por lo mucho que me gustaban. Bueno, volviendo a lo del bajo, la cuestión es que lo encontré ahí tirado en esa vidriera y lo cambié por la vieja guitarra mía, poniendo dos mangos encima. Es decir, que hice un negoción, porque ese es el Hofner que me acompaña hasta hoy. Un instrumento que es una maravilla, y que todo el mundo me viene siempre a preguntar de donde lo saqué. Y, bueno, la providencia me lo mandó, qué sé yo… 

Andá a saber como llegó a esa vidriera… 
Sí. Y con respecto a tocar el bajo, no alcancé la real dimensión de lo que era tocar ese instrumento hasta que armé Nube 9 y empecé a sacar, en serio, los que Paul tocaba en Los Beatles -y no lo que yo creía que tocaba. Cuando vi lo que él hacía me di cuenta de que eso era la gloria, y, de repente, me empecé a entusiasmar cada vez más, y ahora ya me siento realmente muy contento de ser bajista. En mis discos, desde el bajo puedo ver muchas cosas de la música. Para mí, ser bajista es como jugar de 6, ó mejor, jugar de 5 en un equipo de fútbol, es como ser un mediocampista que tiene perspectiva de todo, ayudas ahí en la base, en la defensa, pero también construís el gol en el ataque. Está bueno. 

PING-PONG DE HACE MUCHOS AÑOS
¿Tenés bajistas preferidos, aparte de McCartney? 
Me encanta lo de John Entwistle en The Who, pero yo no puedo hacer eso… 

Bueno, el de Queen… 
Sí, John Deacon me parece un tipo muy sobrio, muy musical, y con unas ideas muy divertidas. Lo que pasa es que él es un tipo tan apático, tan poco gracioso... 

Componés con la viola, ¿no? 
Sí, viola y a veces compongo con el piano. 

¿Sos autodidacta? ¿O fuiste a estudiar bajo o guitarra a algún lado? 
Si, soy autodidacta. Los discos de Los Beatles me enseñaron… 

Hablando de nuevo de Queen, decías como te había impactado ese show, ¿hubo algún otro que te haya quedado en el recuerdo de los que fuiste a ver? 
Si, la presentación del disco Peperina, de Serú Girán. Yo tenía 12 años, y en el medio del show, Charly (García) me miró y yo sentí lo que el tipo pensaba. Yo sentía que el tipo estaba pensando: “Qué pendejo ese pibe. ¿Qué hace acá…?” Claro, yo estaba como poseído en la primera fila, re copado con la música. Me acuerdo que la mirada de Charly tenía una lucidez impresionante, y la música de Serú, también; obvio… Esa era música en serio. Digo esto porque ahora se ha puesto muy boluda la música. Hay cosas que me gustan, pero esa trascendencia que sentías cuando veías a un grupo como Serú ya no la encontrás con tanta facilidad… 

Entonces, será medio difícil que te sientes a escuchar un disco entero de un grupo o solista del rock actual, ¿no? 
Yo trato de hacerlo, pero la verdad es que me cuesta escuchar un disco entero de una banda. Porque hay una fórmula y enseguida decodificás el universo de lo que va a pasar, y por eso, al tercer tema deja de sorprenderte ese disco. Y eso no pasaba con Serú Girán, o Los Beatles. Esos eran discos en donde había sorpresa hasta el final, había movimiento. Hoy por hoy, la música tiene que estar en click, viste. Click es el tempo en la grilla, como le dicen en el Pro Tools. Y, para mí, si uno graba todo en grilla, todo el tiempo, el tempo deja de ser un entretenimiento. Porque que el baterista acelere o se quede es un entretenimiento, es parte de la música. Por eso antes los integrantes de las bandas grababan todos juntos, porque está bien moverse un poquito. Por ejemplo, escuchá el minuto 2.00 de “Michelle”, y vas a ver que ahí Los Beatles se caen, pero, ¿a quién le importa eso? Porque esa “imperfección” te movía algo, y estaba bueno que eso suceda. Lamentablemente, ahora eso no pasa más. Ya no tiene sorpresa la música. Ahora, de repente, alguien te hace un coro en la estrofa 1, y te lo pegan en las estrofas 2, 3 y 4. Entonces, si vos ya lo escuchaste, ya sabés lo que va a pasar. En cambio, vos escuchabas los coros de Los Beatles, y no sabías que iba a pasar en cada uno de los coros, porque eran todos diferentes. Eso es lo que hace que aquellos discos de esos artistas sigan siendo divertidos e interesantes. Pero, bueno, tengo que reconocer que igual, dentro de estos nuevos códigos de la música actual, hay algunas cosas buenas. Por ejemplo, Muse, un grupo que no es lo que más me gusta, pero al que hay que reconocer que tienen cosas interesantes, que saben hacer hits

Siendo tan fan de los Beatles, ¿cuál es tu relación con la música de Los Rolling Stones?
¡Me encantan los Stones! Sobre todo el período de los ´60 y ´70. Me encanta cuando (Keith) Richards dice “Los Beatles siempre nos patearon el culo”, o Jagger, más orgulloso: “Los Beatles fueron una banda que duró poco”. Los Stones tienen una deuda enorme con los Beatles en el hecho de que los hayan empujado a componer. También, el Libro de Andrew Oldham –su primer manager- es muy interesante, y el Stone Alone, de Bill Wyman, imprescindible de leer. 

¿Cuáles son tus proyectos inmediatos? 
Seguir promocionando el disco, justo ahora salió el video de “Hey” (dirigido por Gabriel Grieco), el primer corte. Y durante el 2013 seguiré presentando Días Movidos, y, obviamente, continuar haciendo muchas más cosas beatles, en los shows de Nube 9. Y se vienen muchos viajes, un par de giras. Parece que hay una gira por Estados Unidos, y otra vez shows en Liverpool, Rusia, España… Habrá que ver.

Secuencia Inicial.-


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