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jueves, 14 de julio de 2011

SU CANCIÓN DE LIBERTAD - entrevista a Florencia Ruiz

Florencia Ruiz es una compositora, cantante y guitarrista virtuosa que con su obra ha ido ganando trascendencia, de a poco, tanto en nuestro medio como en el exterior, en donde sus discos son editados y apreciados. Nacida en Haedo, estudió el profesorado de guitarra (en el Conservatorio de Morón), además de bandoneón y composición, antes de comenzar a desempeñarse como docente en escuelas y jardines de infantes de la provincia de Buenos Aires y luego en Capital. A pesar de haber tardado en decidirse a dar a conocer su labor musical, ya en sus primeros discos (grabados en forma casera) Florencia desarrolla una labor musical interesantísima, con canciones sutiles e imaginativas. La voz de Ruiz es dulce pero intensa y llama la atención porque, quizás, en ningún momento se propone hacerlo… Es una voz que se hace amiga del oyente, invitándolo a quedarse en un mundo musical personal, único y soñado. Todo eso se refleja también aquí, en esta nota, donde Florencia repasó su trayectoria, sus deseos, intuiciones, iluminaciones, gustos y una particular visión de la música y el arte en general.
Por Emiliano Acevedo.-

UN MUNDO QUE DESCUBRÍ…
¿Qué música escuchabas de chica?
De chica escuchaba lo mismo que escucho ahora. Tango (porque en mi casa eran todos tangueros), Charly García, rock nacional… Igual, yo no he escuchado mucha música. Es mucha más la música que he estudiado que la que he escuchado. Ahora mismo, nunca me bajé un disco de Internet, ni sé como se hace… A mí nunca me atrajo la música en ingles. Del rock nacional, me gusta todo lo que hizo Charly, en especial su trabajo solista. La música de mi vida es la que hizo ese chabón, no hay otra cosa… Spinetta es un genio sobrenatural, pero no tengo una relación tan afectiva con él, ¿viste? Porque lo suyo me llegó más de grande, recién cuando tenía 20 años; no como me pasó con Charly, a quien escucho desde siempre. Ya cuando tenía 6 o 7 años yo cantaba sus temas. Me acuerdo de que iba a primer grado y cantaba con mi hermano “Superhéroes”. Eso es algo que mi corazón y mi mente no puede olvidar.

¿A que edad entraste al conservatorio?
Siempre quise tocar. Aunque ya tocaba, tener un profesor era casi una ilusión para mí. Apenas comencé a tocar la guitarra ya componía cosas. El conservatorio era lo más accesible porque es educación publica y no hay dinero de por medio. Entonces, cuando fui adolescente, lo empecé en Morón.

¿Cuándo empezste a dar clases de música?
Siempre me interesó la docencia, tengo vocación para eso. Se dio en forma natural, en el momento en que accedí al porcentaje de materias requerido para poder empezar a trabajar. En verdad, estoy agradecida de sólo haber tenido que trabajar de eso porque es una linda labor, es un trabajo muy amoroso. Al principio, comencé trabajando de maestra rural, en un colegio de Virrey del Pino.

¿Seguís dando clases de música en colegios?
No, ahora trabajo en un jardín de infantes, acá en Capital.

¿Cómo hacés para combinar tu labor docente con la musical?
El tema de las giras es un problema porque ahora estoy trabajando para el Gobierno de la Ciudad y ahí no admiten que hagas esas cosas. No conciben, ni quieren, que un docente se vaya de gira. Quieren que no se mueva del aula. Es un tema bastante complejo… Ya se me complicó mucho el ir a Japón de gira, en mayo. Sin embargo, para mí, la educación pública es un derecho y por eso trabajo en ella con todo mi corazón porque creo profundamente que el cambio se hace desde ahí. No me interesa hacer canciones de protesta, por eso voy a la escuela y hago mi laburo que es lo mejor que puedo hacer…

¿Cuánto duró esta última gira que hiciste por Japón?
Un mes. Estuve presentando mi último disco (Luz de la Noche, 2011). Fue una gira muy linda, casi un puntapié de presentación para mi nuevo material, incluso antes de hacerlo en Argentina.

EN PERSONA
¿Cómo organizas la grabación de cada una de tus producciones?
Cada disco se da en forma distinta. Este último fue totalmente particular porque tuvo un productor, Carlos Villavicencio, quien trabajó en forma conjunta conmigo. Yo siempre fui fan de su música y me dio mucho placer poder hacerlo. Villavicencio fue el encargado de convocar a todos los músicos que me acompañaron.

En el ultimo Festival Ciudad Emergente tocaste junto al Mono Fontana, ¿cómo lo contactaste?
Eso se dio por otro lado. Conocí al Mono, en forma personal, a través de amigos en común. Yo lo admiraba mucho, porque escucho su música desde hace años. A él le gustó mucho mi disco y me tiró muy buena onda. Justo cuando me invitaron de la organización del festival para que tocara ahí, le mandé un mail (desde Japón) al Mono, preguntándole si quería tocar conmigo, que lo invitaba. Él me dijo que sí, que si tenía tiempo no había problemas. Por suerte, me pudo acompañar y la verdad que fue un concierto muy lindo. Me dio mucha alegría poder tocar con él porque es un referente de aquellos. Es un tipo brillante. Ojalá que se repita y podamos seguir tocando juntos.

¿Tus discos son autogestionados?
Este último no, es una producción compartida con productores del exterior. Incluso, ahora el disco salió en Nueva York. Es algo bastante bizarro… (risas)

¿Cómo llegaste a grabar tu primer disco?
En el '99, me encontré, de casualidad (en una farmacia), con un viejo amigo de mi barrio. Él me contó que se había comprado una grabadora de CD, algo re de avanzada para la época; y me propuso grabar un par de temas míos. Y así fue… Grabamos mis temas, es ese verano, en un par de semanas, con una tecnología mínima. Ni te quiero contar… Para que te des una idea: lo grabamos usando un par de auriculares de walkman rotos, que tenían un solo auricular disponible para escuchar… Pero, igual, fue un trabajo que hicimos con muchísimo amor. Fue una experiencia muy grossa. Tardé mucho tiempo para hacer el segundo disco porque me recibí en el medio y -como tenía que laburar y estudiar mucho- se me complicó bastante todo. Todas las canciones que quedaron en el medio (en el período entre mi primer disco y la grabación del segundo) se perdieron. Recién en el año 2003 pude grabar mi segundo disco. Cuando lo terminé, alguien colgó una canción mía en Internet y ahí me llegó la propuesta para empezar a venderlo en Japón. Así empecé a vender mis dos discos (en CDR), los copiaba y los distribuía; era un trabajo re artesanal. Ni siquiera tenia PC en esa época, recién tuve mi primera máquina en 2005. Gracias a la venta del disco en Japón, edite Cuerpo (mi segundo disco) acá en Argentina y luego también fue editado allá en Japón y gracias a eso pude comprar una placa de sonido, una consolita, un micrófono… Me equipé y así grabé mi tercer disco, Correr, en mi casa. Lo grabé yo misma. Un delirio que espero no tener que volver a repetir… (risas)

¿Grabaste este tercer disco en tu casa por una cuestión económica?

Un poco sí, pero también lo hice así porque yo quería aprender. Aprender a grabar y ver como se editaba un disco, ver como se hacía… Fue un delirio total, igual creo que es un álbum que está bueno.


¿Cómo llegas a grabar el disco Ese Impulso Superior, a dúo con Ariel Minimal?
Yo admiro mucho a Ariel, lo considero un verdadero referente. Nos empezamos a juntar, una vez por semana, en (los estudios) TNT; a ver que salía. Y después nos propusimos, cada semana, a trabajar un tema. Hicimos algunos temas directamente ahí y otros ya los traíamos compuestos desde nuestras casas. Nos juntábamos en el estudio, a disfrutar de la música, y de la compañía, porque siempre venían varios amigos a visitarnos.

UNA PLUMA JUGANDO CON EL SONIDO Y LA LUZ
¿Cómo fue componer música para exposiciones, para muestras de arte?
Las veces que lo hice fue bastante interesante porque ahí la música tiene que ser parte de una obra global, de un todo, tiene que completar una parte, dar cuenta de un sentido al que la obra plástica no accede, un lugar en donde (por el contrario) la música tiene un acceso directo por medio del sonido. Aunque ahora estoy bastante alejada de eso me encantaría volver a hacerlo…

¿Qué otras artes te interesan aparte de la música?
La literatura. Me gusta mucho leer, siempre estoy leyendo algo. Cuando era chica era re fanática de la literatura rusa y me leí como 100 libros de autores rusos. Desde hace un par de años me empecé a copar con la literatura japonesa. La literatura que leo ahora, si no es japonesa, es contemporánea. Leí cosas de Martin Amis, también leí muchos autores argentinos. Me nutre mucho el leer, más que escuchar música.

¿La lectura te inspiró a la hora de componer tus canciones?
Sí, en mis primeros discos hay varias canciones que remiten a libros. Centro, Cuerpo y Correr es una trilogía y en cada uno de esos discos yo trabajo un tema que está relacionado con un libro. Por ejemplo, en Centro hay una canción en la que menciono palabras de dos cuentos rusos: “Dos Hermanos” y “Una Apuesta”, uno de Tolstoi y el otro de Checov. En mi segundo disco, Cuerpo, hablo de “Crimen y Castigo” (de Dostoievski) en un tema que se llama “Siberia”, y en el tercero nuevamente abordo a Tolstoi. En ese sentido, mi música siempre estuvo tamizada y filtrada por mi interés en la literatura.

¿Cuáles son tus proyectos actuales?
Empezar a presentar en vivo mi nuevo disco y ver también como puedo acompañar su lanzamiento en otros países. Este es un álbum en el que tocan 27 músicos, por eso hay que trabajar mucho para presentarlo. No se pueden armar los temas así nomás, hay que ponerle mucho esfuerzo y dedicación. Me gustaría que tenga mayor acceso al público porque creo que, luego de tantos años de trabajo, tanto esfuerzo, dedicación y amor; el disco necesita ser escuchado, llegar a la mayor cantidad de oídos posibles. Eso nos permitiría llegar a la grabación del próximo álbum posicionados desde otro lugar. A veces, tener que pensar como se hace para conseguir el dinero para financiar un nuevo disco es un drama. Si con tu disco anterior, conseguís cierta repercusión eso te da más argumentos a la hora de conseguir inversores o productores. Yo creo que sí, que este disco tiene que colaborar en eso.

Tu primer instrumento, antes de la guitarra, fue el bandoneón, ¿lo seguís tocando?
No, pero voy a volver. Necesito tiempo para eso. En su momento, lo dejé por falta de tiempo. Yo hice la carrera de bandoneón en el conservatorio, en simultáneo con guitarra; pero por falta de tiempo me concentré en terminar mi especialización en guitarra.

Hablando del bandoneón, ¿nunca fantaseaste con hacer un disco de tango?
No. Pero me sé muchos tangos, canto alguno, me gusta escucharlos. Me gusta cantar tangos, la paso bien haciéndolo, me sé todos los yeites… Siempre molesto diciendo que cuando tenga 50 años me voy a dedicar a ser cantante de tangos y nada más…
Secuencia Inicial.-

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