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viernes, 25 de marzo de 2011

ASMA DULCE HOGAR - entrevista a COMPAÑERO ASMA


Siguiendo con esta serie de Conversaciones Iniciales tuvimos el agrado de compartir una mesa de café en el mítico barrio de

Pompeya junto a Compañero Asma, quien nos presenta su particular forma de vivir la música.

Por Emiliano Acevedo y Lean Ruano.





Compañero Asma es el nombre bajo el cual Hernán Espejo logra plasmar sus diferentes inquietudes musicales. Cantante y guitarrista, ha logrado engendrarse como un verdadero artista de culto, difícil de encasillar por sus múltiples influencias. Aquí nos cuenta de su última producción Guitarra Dulce Hogar, como así también, su punto de vista con referencia al presente y futuro de la escena local.


¿Cómo fue tu inicio en la música?

Yo toco desde muy chico. Soy autodidacta. Cuando tenía ocho años me ponía a jugar con un órgano eléctrico que había en mi casa y boludeaba, hacía canciones. Después tuve un amigo que tenía una guitarra y me pasó un par de acordes. Ahí me di cuenta de que aunque (al comienzo) me costaba bastante tocar con la mano izquierda, en la derecha tenía bastante facilidad para hacer ritmos. Luego, en la adolescencia me gustaba comprar la revista Canta Rock, que traía tablaturas con los tonos de las canciones, e ir sacando temas. Empecé a dedicarme a full con eso justo después de conseguir una guitarra. Por suerte, por esa época, también sonaban mucho en la radio los temas nuevos de Spinetta o los de Charly (que estaba en su mejor momento). Con eso, escuchando y sacando los acordes, aprendí solo a tocar.


¿Cómo te sentís con el mote que te ponen de músico inclasificable?

A veces, lo sufro un poco. Yo quisiera poder lograr lo que quiere cualquier músico, que se difundan mis canciones y que vaya mucha más gente a ver mis recitales. Pero, por otro lado, también busco que la música incluida en mis discos sea bastante diferente entre sí. Desde siempre, mi carrera se caracterizó (aunque haya hecho algún que otro cover) por incluir sólo temas hechos por mí. Nunca compartí la autoría de ninguna canción. Siempre trato de agarrar toda mi obra, mis composiciones; y ver como éstas pueden ir mutando. Me interesa hacer un material que sea lo más interesante y arriesgado posible.


Sin embargo, hay muchos casos de músicos que una vez que encuentran una formula, la repiten una y otra vez sin atreverse a arriesgar, por no perder el favor del público. Ese no es tu caso.

Totalmente. Mi pensamiento es que, cuanto más buscas el éxito, la calidad disminuye y ahí se puede llegar a fisurar como artista. En mi caso, yo trabajé toda mi vida en otras actividades que no me gustaban mucho, como cuando fui productor de televisión y de radio. Hace sólo cinco años que vivo de la post producción de audio y la realización de música para canales de televisión. Eso es 'el éxito' para mí: el haber logrado poder trabajar en algo que me gusta y que está relacionado con el sonido y la música.


Esta es una carrera paralela a tu labor como músico.

No, yo la veo como una continuidad, ya que no hago por encargo música que no me gusta. Estuve haciendo mucha música para señales como Infinito o Retro. Por ejemplo, en todos los cortes publicitarios de Space hay separadores, audio logos, que están hechos con música mía. El año pasado también hice las cortinas de unos especiales de la National Geographic (sobre los bicentenarios de los países latinoamericanos.)


¿Cómo fue tocar con Damo Suzuki?

Ocurrió en 2009. Para mí fue un honor que me hayan invitado. Fue espectacular. Durante algunos momentos del show, éramos diez músicos los que estábamos sobre el escenario. Quizás a sus fans más fundamentalistas, a los que les gusta el ruido, la distorsión; no les habrá parecido demasiado experimental, pero para mí estuvo bárbaro. Fue un show muy entretenido. Se hizo una grabación del mismo aunque no sé si en algún momento saldrá editada. Creo que Damo estaba viendo si lo editaba o no. El tipo maneja su obra de una forma bastante libre, casi hippie...


¿Fue un espectáculo improvisado?

Totalmente. Había un papel que decía cuando entraba y salía cada músico y la tonalidad en que estaba cada tema, pero nada más.


¿Vos eras fan de Can?

Sí, soy muy fan de Can, Faust, Amon Düül y muchos otros grupos alemanes. También me gusta mucho Julian Cope. El escribió un libro, a fines de los ‘90, que se llama Kraut Rock Sampler, y es el responsable del retorno de este género. Porque todos los grupos que hacían kraut rock habían quedado un poco perdidos y ya no se hablaba más de ellos.


Justamente, un par de temas tuyos sonaron en la radio de Julian Cope.

Sí, incluso llegué a estar bastante en contacto con él. Le enviaba material y nos comunicábamos vía e-mail. Son contactos que uno va formando y que me dan muchas satisfacciones porque esta es una carrera tan irregular que a veces te hace dudar acerca de cómo continuar desarrollándola.


UN HOMBRE QUE RESPIRA MÚSICA


En tu último disco, Guitarra, Dulce Hogar; volviste a tocar más la guitarra...

Lo que pasaba era que en mis primeras grabaciones había mucha música hecha a partir de órganos, guitarras acústicas, programaciones, etc. Esto hacía que cuando iba a presentar en vivo esos discos, no tuviera tantas posibilidades de poder reproducir

toda la gama de matices que estaban en la obra grabada. Al ser solista, me costaba mucho conseguir los músicos invitados necesarios como para reproducir en vivo lo que estaba grabado. Igual, en vivo, yo siempre me dediqué a tocar guitarra. Este es un disco que fue grabado en sólo un día. Hubo mucho trabajo de pre producción, como de ocho meses; pero el disco, así como el anterior (Respira, de 2005) son fotos, instantáneas de un momento especifico. Después, la mezcla puede estar mejor o peor pero no influye en la esencia de ese momento grabado en forma original.


¿Estas características también están presentes en el resto de tu material?

Eso no es tan así. En los Ep’s, o en el material que está subido en Internet, hay más fantasía. Son cosas hechas con loops, con samplers de discos viejos de soul. Hay grabaciones que fueron hechas con instrumentos que después vendí. Nunca trato de quedarme con las mismas cosas. Me gusta estar lo más liviano posible. Si aún tuviera conmigo todos los instrumentos y aparatos que use a lo largo de mi labor como músico no tendría lugar en donde guardarlos.


¿Y como definirías tu obra?

Si hay algo en lo que se caracterizan mis temas, mis letras, es que no tienen nada que ver con el yeite de la droga, o cosas parecidas; si no que hablan de problemáticas relacionadas con lugares específicos, con sueños. No me interesa que la gente baile con mi música, prefiero en cambio meter al oyente en medio de un tubo oscuro. Oscuro, pero no por el lado del pesimismo. Lo que yo intento es dar un mensaje que se relaciona con experiencias que tienen que ver con el hecho de estar cerca de la muerte. No creo que la gente que se acerque a mi propuesta va a ir caminando por la calle tarareando mis canciones. Quizá eso tenga que ver con mis orígenes como músico, cuando toque mucho metal. Aunque hoy haga otro tipo de música, me gusta mucho tocar fuerte, que la cosa se vuelva un poco densa.


¿Ya de chico escuchabas metal?

Sí, lo escuchaba porque ese estilo tenía una aura vinculada a lo under. Acordate de que esos discos no eran fáciles de conseguir acá. Lo primero que me interesó, al nivel de comprarme discos, fue el hard rock. Grupos como Whitesnake, Deep Purple o ACDC. Luego escuche bastante trash, hardcore. Justo fue ese el momento en el que estaba la movida de los super violeros, como Jason Becker, Steve Vai, Van Halen, Satriani; el trash progresivo... Yo le daba mucha bola a eso y por eso traté de mejorar mi técnica lo más que pude. Por eso cuando estuve en Dragonauta quise hacer trash progresivo; un estilo que acá no lo conocía casi nadie. Después deje ese camino porque se estaba volviendo demasiado técnico y, con el advenimiento del grounge, al escuchar cosas como Sonic Youth, cambie un poco mi estilo. También tenía un amigo que me pasó mucho material de otros artistas como PJ Harvey, Scott Walker o Nick Drake. Esto me sirvió para cultivar un poco mi gusto musical hacía un estilo de rock un poco más inglés.


INDEPENDIENTE MOVIDA LOCAL


¿Qué opinas acerca del poco recambio que existe en el rock nacional en la actualidad?

Recambio hay, después tenés que ver si los nuevos artistas te gustan o no. A mí el rock chabón no me interesa. Pero no te olvides de que, en la actualidad, tenemos una industria discográfica en donde, de las cinco compañías más grandes, tres no tienen director artístico. Por ejemplo, toma el caso de Sony Argentina, en donde el presupuesto del marketing dedicado a Shakira, cuando ésta viene a dar un show al país, termina siendo casi el 70% del marketing anual total. Ahí te das cuenta de que por ese lado no hay camino posible. Sin embargo, hoy muchas vías de difusión independiente. Tenés lugares como Niceto que se llenan todas las semanas. Tampoco hay que creer que en otras ciudades del mundo hay tantos clubes como acá, funcionando seis días a la semana. Capaz que eso ocurre en Londres o Nueva York, las capitales del rock, pero eso no pasa en muchos lugares más, ni siquiera en otros lugares de los EEUU.


¿Y no pensas que el rock chabón atentó contra el nivel lírico de nuestro rock?

Sí, y eso es una lástima porque si la propuesta de ese tipo de grupos nuevos estaba inspirada en la música de los Redondos, el resultado estuvo muy lejos de poder lograrse. No te olvidés que los Redondos hicieron discos como Oktubre con una movida artística bastante más arriesgada. Además, para colmo nuestro rock tuvo la mala suerte de perder prematuramente a líderes musicales, como fueron Miguel Abuelo, Luca Prodan o Moura, cuando aun tenían mucho para dar. Hubiera estado bueno ver que hubiesen hecho estos héroes en los ‘90. Vos escuchas ahora la variedad estilística que lograba Luca en Sumo y no lo podes creer. Todos los grupos que salieron de ahí no lograron semejante nivel. Es un poco como la idea expresada por (Adrián) Dárgelos, esa que dice que los ‘80 fueron años más aspiracionales (sic), ya que, existía una aspiración por tratar de plasmar en las letras fantasías de otros mundos. Mientras que, por el contrario, en los ‘90 se trató de buscar retratar la realidad, lo cotidiano, los amigos, el asado... Por eso ahora escuchás, por ejemplo, a Las Pastillas del Abuelo cantando “para mí, Dios es mi viejo” y te querés matar... (risas)


Sin embargo, al principio de los ´90, con los propios Babasonicos, Juana la Loca u otros grupos; hubo una movida un poco más interesante que la que vino después.

Ese fue un momento del rock bastante esperanzador, luego del lanzamiento del disco Dynamo de Soda. Ahí surgieron algunos grupos que se pudieron mantener y siguen activos hasta hoy, como Babasonicos o el Otro Yo, mientras que de otros como Martes Menta surgieron músicos importantes como es el caso de Ariel Minimal, que luego realizó una labor interesantisima en Pez o como solista. Algunos otros grupos quizá no pudieron mantener o madurar su obra y se quedaron ahí.


Lamentablemente no se pudo mantener en el tiempo toda esa movida.

Para mí, en realidad, la principal carencia del rock nacional es que no tenemos front men. Estos se cuentan con los dedos de una mano. Esto ya te complica el panorama. Tenemos buenos músicos, instrumentistas, etc.; pero no tipos que se suban a un escenario sabiendo como entretener al público, a la vez que sean buenos cantantes y compositores que intenten movidas artísticas arriesgadas. Toda una lista de características que tenían tipos como Miguel Abuelo o Luca. Los artistas que fueron apareciendo después fueron personajes extrovertidos de barrio, como Cordera o Andrés Ciro, con una visión propia del mundo; pero no verdaderos front man.


CREACIÓN Y AUTOGESTIÓN


Guitarra Dulce Hogar fue editado por el mismo sello independiente que edita a otros artistas como Pez, Flopa, Gabo Ferro; ¿cómo se dio esto?

En realidad, lleva el logo de Azione Artigianale sólo por una gentileza de Ariel Minimal. Este fue un disco hecho a pulmón y lo financié todo yo. El sello de Ariel no es una discográfica, en el sentido estricto, pero me pareció que estaba bueno entrar en el nicho de producciones de Azione y por eso le puse el logo a mi disco. Hay que tener en cuenta que es muy difícil lograr la recuperación económica de lo invertido. Lo más importante, a pesar de que no tengas una discográfica atrás que te avale, sigue siendo lo que transmitís arriba del escenario. Ahí estás en igualdad de condiciones con los Arctic Monkeys o cualquier otra banda internacional a que le dan la super manija. Lo principal, como artista, es saber qué transmitís con tu obra y qué querés generar.


En la actualidad, ¿podes conseguir bastantes fechas para tocar?

La verdad que no. Con el trío que grabamos este disco habré tocado, en tres años, casi 30 veces. A eso sumale alguna que otra vez que toqué solo con la guitarra acústica. En ese ínterin, el año pasado traté de hacer presentaciones fuera de Capital. Así conseguí llevar mi música a otros lugares como La Plata, Rosario, Burzaco, Ramos Mejía o Mar del Plata, por ejemplo. Eso estuvo bárbaro.


¿Seguís con los mismos músicos?

No. El trío que grabó Guitarra Dulce Hogar ya no está más porque cada uno de los músicos quiso seguir su propio camino. Por eso, ya estoy armando un trío nuevo que debutará en vivo, seguramente, para fines de abril.


¿Alguna vez tocaste en los ciclos gratuitos organizados por el Gobierno de la Ciudad?

No, porque no puedo estar atrás de ese objetivo. Yo tengo mis propias obligaciones, a pesar de que trabaje por mi cuenta, que impiden que me la pase llevando material a funcionarios para ver si me incluyen o no en algún evento. Es muy desgastante el hecho de ser un músico independiente. Uno no tiene un manager atrás que te organiza todo. Sin embargo, hace poco conocí a Litto Nebbia, quien me invitó a grabar en la serie de discos por los 40 años del Rock Nacional; y ahí ves a un tipo que te demuestra que sí es posible seguir un camino propio y realizar música auto gestionada. Hasta ahora, mi obra obtuvo bastante repercusión por parte de un público melómano; los músicos la respetan y consigo que me hagan reportajes sin tener que pagar a nadie. Nunca hice campaña de prensa.


Para difundir tu obra, también te debe servir colgar temas en la net...

Seguro. Todos los días me escribe gente nueva que descubre mi música y se interesa. Mi perfil ya tiene más de 1000 amigos en Facebook. Mucha gente se acerca porque piensa que Compañero Asma es el nombre de una banda y ahí les tengo que aclarar que no porque en realidad es mi seudónimo artístico. En ese sentido trato de mantenerme en acción, incluso desde la producción de discos para otra gente.

Hace algunos años le produje un demo a Massacre, otro a Satan Delears y ahora estoy produciendo un álbum para un grupo que se llama Mujercitas Terror. Después de tantos años de ser músico under me encantaría realizar un material que sea popular, que le vaya bien. Me gustaría alcanzar el éxito, no sólo con un proyecto mío sino también con un proyecto realizado por otro pero producido por mí.


¿Y como se te dio por dedicarte a la producción?

Parte del hecho de ser un autodidacta total. Al mismo tiempo sucede que hay gente que me conoce y confía en mi opinión como productor. Entonces voy a los ensayos, veo el material del grupo, las canciones; y me fijo en que esté todo bien para cuando estén en el estudio. Yo no soy un productor que vuelva loco a los músicos. Lo que más me interesa es que el día de la grabación estén los equipos en el mejor nivel posible. Me ocupo de que los timbres tengan cierta amalgama. Esa es una cosa que es bastante difícil de conseguir en nuestro medio. Muchas veces sucede que, a los músicos se les vuelve bastante complicado el hecho de conseguir buenos instrumentos y que los timbres tengan algo que ver. Por ejemplo, mirá el festival de folklore de Cosquín y vas a ver que, salvo los grupos más grandes, en general el audio está muy mal. Nada que ver con lo que pasa con artistas de otros países como los norteamericanos, o incluso las bandas de música popular brasileña, que si se preocupan por obtener un sonido limpio.


Hablando de eso, ¿alcanza con que los músicos escuchen lo que pasa en otras latitudes para sonar mejor?

Siempre es bueno saber. Yo toco mucho con pibes que tienen un gusto muy clásico pero bastante acotado. No se les ve mucha curiosidad por ampliar sus escuchas de otros géneros o artistas, cuyas obras les pueden llegar a nutrir como músicos. Se supone que hay un montón de conceptos musicales que hay que saber. Por ejemplo, es importante saber que el ruido en la música se utiliza hace 100 años, no desde hace 5. No se puede creer lo aburridos y dogmáticos que son muchos músicos de rock de acá. Uno se pone a hablar con ellos y se la pasan hablando de los instrumentos (que tienen o quieren tener) pero pocos se preocupan por innovar, animarse a buscar nuevos sonidos.


POR UN ROCK FEDERAL


De la música de afuera, ¿qué te gusta?

Yo escucho un montón de cosas. Lo que me cuesta es escuchar un disco entero. No hay ningún concepto que me atrape y me sorprenda demasiado. Sin embargo, me encantan canciones de un montón de artistas. Por ejemplo, te puedo nombrar grupos que me gustan como los Libertines, Arctic Monkees, Portishead, Jack White... Igual estamos hablando de todos pibes que ya tienen entre 28 y 35 años. No son pendejos que recién empiezan. También hace poco descubrí la música de Marisa Monte y me encanta. No se puede creer lo bien que suena armónicamente. Es otra muestra de lo bien que saben combinar los sonidos los brasucas. De los viejos, me gustó mucho el disco (Chaos and Creation in the Backyard) que hizo McCartney con Nigel Goldrich.

El otro día miraba los Grammys. Ahí uno se pone a pensar: ¿la crisis donde está? Por que, ese era un show de la puta madre. Y lo que nunca dejará de generarme envidia de los yankis es ese carácter verdaderamente federal que tienen. Que haya gente que viva en New York y se interese por ir a ver movidas que pasan en otros lugares. Pensá que acá para que un porteño vaya a ver a un grupo de Formosa lo tienen que secuestrar (risas).


Es como si sólo se pudiera hacer rock en las grandes urbes: Buenos Aires, Rosario y La Plata...

Bueno, yo tenía la idea de hacer un programa en la radio de rock que sea hecho sólo con temas de grupos del interior; tratando de curar y elegir lo mejor y darle cierta repetición como para que se escuche en todo el país. Obvio que para hacer eso la radio tendría que ser de alcance nacional. El material se puede conseguir fácil, pero no sirve si se lo pasa una sola vez. Hay que darle la oportunidad a todos estos grupos, que no son de Buenos Aires, para que sus temas también puedan tener una rotación aceptable que haga que mayor gente los vaya escuchando y conociendo. Es un poco lo que hacía John Peel en la radio inglesa: romper las pelotas, cada vez que veía a un artista de calidad para llamar la atención. Ayudar a generar la mística, el culto por un artista, por medio de la repetición.


Por el lado del estado se intentó hacer algo de eso cuando crearon Supernova, la FM de rock de Radio Nacional.

Si, también se quiso hacer con El Faro (que era de la Alianza) pero, al final, cerró. Si es por el lado del Estado ojalá que lo hagan. Estaría bueno que así como está “Futbol para Todos” también esté “Rock para Todos”. Qué haya programas de rock nacional en la televisión pública, que transmitan conciertos. Aunque no sé que ganaría el Estado con esto. Quizá lo harían sólo para que al lado del escenario los carteles publicitarios, en vez de decir “Quilmes” o “Pepsi”, digan “Argentina Potencia” o algo por el estilo...


¿Y como ves el futuro del rock nacional?

Como te decía antes, yo sólo puedo hablar del rock porteño por que es el único que conozco; no sé que está pasando en el interior del país. Por eso repito que estaría muy bueno enterarse. Ahora justo apareció esta movida de Nacional Rock, una radio que para mí tendría que ser sólo de rock argentino. Ojalá que se aplique la nueva ley de medios y que sirva también para difundir el rock de acá.-

Secuencia Inicial.



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